Reciclaje.
Trabajar con escoria caliente humeante puede provocar la pérdida de equipos y poner en peligro vidas humanas.
La siderurgia es uno de los entornos más duros para hombres y máquinas. Se utilizan portamazas para transportar cargas de 40 m3 de escoria fundida al vertedero, donde las cargadoras sobre ruedas trasladan la escoria aún ardiente al punto de reciclado, donde se recupera el acero residual para su refundición y la ceniza caliza para la fabricación de bloques. Ya sea líquida o refrigerada, la escoria es un material implacable que somete a los neumáticos a fuego, cortes y una fuerte abrasión. Los eslabones de desgaste forjados específicamente desarrollados y especialmente endurecidos garantizan una protección óptima de los neumáticos incluso en superficies calientes y ardientes.
EL RECICLAJE DE CHATARRA Y EDIFICIOS DEMOLIDOS IMPONE ENORMES EXIGENCIAS A LOS NEUMÁTICOS DE LAS CARGADORAS
Cualquiera que haya visitado alguna vez una obra o un depósito de chatarra es consciente de los peligros ocultos a los que están expuestos a diario los neumáticos de las palas cargadoras. En las chatarrerías, las palas cargadoras se utilizan para llenar las cizallas de trituración y cargar los camiones volquete. Cada vez que la pala cargadora se adentra en los escombros, existe el riesgo de que los neumáticos resulten dañados por la chatarra. Daños similares pueden producirse cuando se cargan coches de chatarra aplastados en la empacadora o se levantan trozos de metal enredados para fundirlos. En ambos casos, un neumático reventado puede paralizar la producción hasta que se encuentre un neumático de repuesto. Para evitar tiempos de inactividad imprevistos, es aconsejable invertir en una cadena de protección de neumáticos, como el sistema de anillos de la marca ERLAU, que proporciona una protección impenetrable para la banda de rodadura y el flanco del neumático.